MATERNIDAD
Es muy frecuente que la maternidad se idealice. Lo mejor de tu vida, lo más importante, el momento más feliz, etc.
En mi caso, después de un embarazo duro y con una depresión y un brote psicótico, las semanas antes del parto estaba feliz. Tenía muchísimas ganas de ver a mi niño, toda la familia contenta, todo estaba listo. Poco a poco me iban retirando el antipsicótico que llevé en el embarazo y cuanta menos dosis mejor me encontraba. Ya habíamos quedado que después del parto vendría el psiquiatra a verme y me pondría de nuevo poco a poco el litio.
Llegó el gran día, el parto fue genial y los primeros momentos con mi bebé mágicos. Volví a mí medicación habitual y la cosa iba viento en popa.
No duró mucho. Cuando iba pasando el tiempo y se acercaba el temido momento de la vuelta al trabajo y la separación de mi niño, caí en una terrible depresión. Toda mi vida se derrumbaba, aunque todo estaba bien. Me dieron la baja y empecé un proceso para adaptar mi puesto de trabajo por motivos de salud y que me trasladasen a un puesto con menos carga estresante.
Así fui recuperándome poco a poco y a disfrutar plenamente de mi nueva familia. Mi niño mejor no puede ser: dulce, guapo, cariñoso, simpático, inteligente... Y aunque tengo mis altibajos me considero una mujer feliz con una familia maravillosa.
Narras con tal sencillez!, Gracias
ResponderEliminarMuchas gracias Javier. Es una suerte para mí haberte conocido. Gracias por todo lo que me has enseñado
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